Parte III del relato

Demasiado indignada, cabreada, furiosa y rabiosa como para escribir algo que no sea ASESINO, sin mencionar las palabras malsonantes que rondan por mi cabeza.



También era un día nublado, supongo que sería marzo. Estaba inmersa en la lectura de las leyendas cuando oí abrirse la puerta. Recostada en el sofá, observé por encima del libro que Bree llegaba acompañada de tres amigos, dos chicos y una chica. Les indicó dónde podían dejar las maletas y entró al salón donde yo me encontraba. Me saludó y comenzó a presentarme a sus acompañantes. Junto a ella estaba la chica, que respondía al nombre de Monique, supuse que tenía familia francesa. La verdad es que más que su nombre me llamó la atención su belleza, parecía recién sacada de la portada de Vogue. Era alta, de un metro setenta quizá, esbelta, con la piel pálida. Su rostro parecía el de una muñequita de porcelana, con unas pocas pecas que le daban un aire infantil e inocente, y el pelo lacio de color cobrizo cayéndole por detrás de las orejas, a excepción de algunos mechones que se le escapaban. Sus ojos, de un verde intenso, enmarcados por eyeliner negro que los acentuaba aún más. Me sentí encoger cuando me saludó, yo era el jorobado de Nôtre-Damme a su lado.

Preguntándole algo con insistencia estaba Alan. Lo reconocí por las fotos que Bree tenía en su cuarto, de los muchos viajes que había hecho junto a él, la verdad es que Alan siempre había estado presente en mi vida, pero sólo por las fotos. Aquella era la primera vez que venía a nuestra ciudad y no era Bree la que se desplazaba para visitarle. Alan debía de tener un año menos que ella, es decir, en aquel tiempo, rondaría los 22. El pelo castaño, peinado hacia arriba, brillaba muchísimo a causa de la gomina, tanto como sus ojos verde grisáceos, jamás había visto unos ojos de ese color, eran hipnotizantes. Tal y como se apreciaba en las numerosas fotografías, era corpulento, y alto, imponía lo grande que era. Cuando se quitó la chaqueta de cuero, en su camiseta azul se le marcaba cada músculo, y me pregunté si era de la clase de engreído adicto al gimnasio. Pero su cara era la del típico payaso que no para de hacer muecas y chistes. Cuando se reía, en sus mejillas le salían unos hoyuelos que le hacían la cara adorable, como la de un niño pequeño y travieso. Cuando me miró me sentí apabullada, tenía una mirada tan intensa que era difícil mantenerla. Y antes de sonrojarme hasta las orejas, fijé la vista en Bree. Estaba de espaldas, diciéndole al otro chico que no se preocupara por la maleta.

El chico se incorporó y con una sonrisilla se apartó el flequillo dorado, dejando al descubierto unos preciosos ojos aguamarina. Era igual de alto que Alan, pero por el contrario era delgado y de facciones suaves. Su piel no era tan pálida como la de la chica, pero se notaba el contraste permaneciendo junto a Bree, que gozaba de un espectacular bronceado a causa de su último viaje a las Bahamas. Ésta, a su vez, no paraba de chinchar a Alan, quien le tomaba el pelo sin cesar. El muchacho rubio les miraba divertido. Entonces me miró. Sólo fue un segundo, pero me pareció mucho más. Sus ojos del color del mar permanecieron unos minutos más clavados en mi mente, incluso después de que los apartara. El muchacho carraspeó en dirección a Bree, que seguía inmersa en su discusión con Alan. Me volvió a mirar, y yo le miré sonriendo con cara resignada. Entonces él se acercó y me dio la mano con delicadeza. Se presentó como Chris. Y sonrió. Jamás había visto una sonrisa tan sincera y preciosa.

Comentarios

UKmonkey ha dicho que…
Tengo que esperar a mañana para seguir leyendo? me lo vas a dar con cuentagotas o qué???

Qué te he hecho yo para que me trates así?? eh eh eh??? juasjuasjuas

Joder, hoy me he levantao tonta... sorryyyyyyyyyyyyyyyy

Me encantaaaaaa!!!!
Erynus D'Alecto Graeme ha dicho que…
Tal vez le vendria bien un punto en la frase "El pelo castaño, peinado hacia arriba, brillaba muchísimo a causa de la gomina, tanto como sus ojos verde grisáceos, jamás había visto unos ojos de ese color, eran hipnotizantes." despues de grisaceos. Si no, se hace demasiado larga.¿Los ojos verdes tambien son por Becquer?
Logabe ha dicho que…
Sí, tienes razón, aunque concretamente en esa frase lo no que no veo que termine de encajar es el "eran hipnotizantes", puesto que la siguiente frase también tiene un "era". Estoy pensando en cambiarlo por "resultaban hipnotizantes". ¿Cómo quedaría??

Conscientemente no lo escribí por Bécquer, de hecho no había caído hasta ahora. Normalmente el aspecto físico de mis personajes o están basados en algún dibujo que he visto o en alguien que me ha llamado la atención.

Gracias por los comments ;) ^^
Erynus D'Alecto Graeme ha dicho que…
Que se repita el era no es tan grave, ya que uno habla de los ojos y otro del chico en cuestion. Aun asi mejor que hipnotizantes podria ser "hipnóticos". Prefiero el "eran" al "resultaban". El primero constata un hecho con fuerza, el otro es mas llevado por la subjetividad. Diciendo que eran hipnoticos (o hipnotizantes) te refieres a que independientemente de su estado de animo los ojos tienen esa cualidad por su color. De la otra forma en ese determinado momento parecen o pueden percibirse como hipnoticos, pero solo en ese caso concreto. Ahi eres tu quien decides que quieres resaltar mas.

Uno se alegra de resultar util. Te dejo aqui el link al foro ese de escritura que te comentaba.
Multiverso

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