Relato sin título parte II

But it is time, for real now. Don’t you try, don’t try to stop me
I made my decision now. It’s done, there’s nothing you can do about it
Because I, I leave on Friday, don’t you try, try running after me
I’m gone, and until next time….
I Leave On Friday (Departures)
John Garrison

Ya está decidido. Me voy. Ayer hablé con mis jefes y aceptaron mi oferta: ellos me dan el paro siempre que tengan tiempo suficiente para encontrar alguien para mi puesto. Por supuesto, puse un límite: me voy como muy tarde en Diciembre. Son tres años trabajando con ellos y ya conozco su dejadez en algunos sentidos. De hecho, estoy considerando seriamente el ponerme yo a buscar a alguien. Any volunteer?
En cuanto al primer fragmento de relato que puse ayer, lamento si causó enigmas sin resolver, pero es lo que tiene, me gustan las historias que no tienen un hilo continuo, y me encantan los flashbacks. Y sigo pensando que hay que corregir cosas, como por ejemplo: "el sonido de la tierra crujiendo con mis botas." ¿"Con"? ¿Por qué no "bajo", no sonaría mejor? Poner "bajo" es lo típico, y el "con" implica que las botas también crujen. Supongo que cuando lo escribí quería decir "con" por ese ruido que hacen las botas cuando pisas suelo con gravilla y barro, ahora ya no me acuerdo. Y sigo pensando que se me fue la olla cosa mala con lo del agua xD
Además, el principio de la descripción del entierro no está muy allá, sigo sin saber cómo describir esa sensación estilo algo fantasmagórico, estás presente pero sin hacer nada, como cuando viene el Fantasma de las Navidades Pasadas en la película "Los fantasmas atacan al jefe" para llevarse a Bill Murray y él es presente de las escenas pero no puede actuar en ellas. Quería describir lo mismo con la diferencia que esta chica tampoco oye nada, sólo el vacío.
En fin... Tras este free-talk, copio y pego los siguientes fragmentos. Hope you enjoy ;)
Pensé qué depararía la otra vida. Si seguiría viviendo, o morirse era simplemente morir. Me pregunté si como en las películas la otra vida sería un mundo idéntico al de los vivos pero poblado por difuntos. En tal caso, me alivió de cierta manera la posibilidad de encontrarme con los seres queridos que había perdido durante mi vida. Pensé en la gente que dejaría atrás. Me pregunté cómo reaccionarían, quiénes llorarían, quiénes acudirían a mi funeral. Recordé las caras que nunca volvería a ver. Ahora me arrepentía de no haberme despedido. Pero en tal caso, no me hubieran dejado seguir adelante. Era mejor así, que el último recuerdo que tuvieran de mí fuera la última vez que estuve junto a ellos, no una nota desesperada y deprimente. Pasaría el tiempo, seguirían con sus vidas, como suelen hacerlo todos. Menos yo. Dicen que el tiempo lo cura todo, y yo confiaba en ello, me aferré a esa frase durante meses, intentando convencerme de que la tristeza y el dolor pasarían, que volvería a sonreír, retomaría mi vida donde la había dejado antes de embarcarme en aquellos viajes. Sería como si nunca hubiese pasado, como si no hubiera ido en su búsqueda. Me habría recuperado del duro golpe, y habría tenido un futuro, un futuro sin él.

Pero no. Le busqué, recorrí miles de millas tan sólo con la esperanza de encontrarle y con unos pocos datos que conseguí averiguar gracias a mis torpes dotes de detective. Y le encontré, justo cuando empezaba a pensar que no existía. Mas lo que vi no me lo esperaba. Tenía tantas explicaciones posibles a lo acontecido hacía unos meses, había imaginado de todo, menos lo que hallé. Entonces supe toda la verdad que me habían estado ocultando, y también supe que no había un futuro si él no estaba. Fue en ese momento cuando la mitad en mí se puso alerta, era esa parte de mí que luchaba por seguir adelante y salir a la superficie, quería sobrellevar el asunto, superarlo, pero la otra parte se hacía más fuerte con cada día que pasaba sin él, y eclipsaba mi razonamiento, mi manera de actuar y de pensar, bloqueaba todo mi ser impidiéndome salir de aquella situación. Y finalmente esa parte había salido triunfadora, y me encontraba al borde del precipicio dispuesta a coronarla como tal.

Miré una vez más hacia abajo, acostumbrándome a aquella altura, aunque no sentía vértigo ni nada parecido. El viento seguía soplando en contra mía, como si quisiera apartarme de aquel lugar. Era un viento helado, que hacía mover las nubes a una velocidad increíble. Supuse que llovería, de hecho juraría que ya habían caído las primeras gotas. No había ni rastro del sol, el cielo estaba totalmente encapotado por nubes en distintas tonalidades de gris. Pensé en lo dramático y teatral de la escena, yo allí arriba, al borde del abismo, con una tormenta amenazando sobre mi cabeza, y el mar salvaje y enfurecido bramando por debajo de mí. Lo imaginaba en mi mente como aquel esbozo que había en un libro de leyendas escritas por un poeta famoso. Entonces, otro recuerdo. Entre las lágrimas esbocé media sonrisa irónica. Era el libro que estaba leyendo la primera vez que le vi.

Comentarios

Logabe ha dicho que…
¿He dicho alguna vez lo que odio ser tan burra con el formato de texto del blogspot????
UKmonkey ha dicho que…
Pues yo estoy deacuerdo con Raquel, deberías ponerte en serio con ello y terminarlo, y por supuesto, publicarlo! Me parece que es bastante bueno y me tiene en ascuas... Quiero más!! xD

Besitos wapa!
Erynus D'Alecto Graeme ha dicho que…
Hay un par de partes que me chirrian. Por ejemplo repetir tanto mía o mi al describir la escena.El viento en contra mía, el mar debajo de mí", me pregunté, no me hubieran dejado, me aferre, me recuperé...
Tambien la expresion "la mitad en mí" me suena rara. No se exactamente el matiz que quieres darle.
Logabe ha dicho que…
La primera persona sí, hay demasiada, pero teniendo en cuenta que es el punto de vista de la propia protagonista, que es ella quien habla, y que los suicidas tienen cierta tendencia al egoísmo, pero reconozco que a la hora de escribirlo, dudé con algunos posesivos, aunque al final los puse.

En cuanto a lo de "la mitad en mí", admito sugerencias, me volví loca (y cada vez que lo leo, más)para intentar explicarlo mejor sin extenderme demasiado, lo que quiere decir es que ella en ese momento tiene dentro como dos mitades, una que le empuja hacia el barranco, y otra que le echa para atrás. ¿Crees que quedaría mejor si es "Fue en ese momento cuando la mitad de mi mente se puso alerta"? Aunque implica la mente, ya no queda tan físico como una mitad de un ser....
Erynus D'Alecto Graeme ha dicho que…
Puede ser "una de mis mitades" o "una parte de mi" o hasta "mi alma dividida". Supongo que te referiras a una voz interior o algo asi, la tipica divergencia entre la razon y el impulso.
los posesivos podrian quedar mejor si le dieras ritmo, ya que haces una repeticion. una buena anafora puede resaltar ese sentido de egoismo que quieres darle. El centrarse en lo que siente el protagonista.
Logabe ha dicho que…
Anotado queda, trabajaré en ello a ver qué sale :S :S

Gracias por la ayuda (y por el link).

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