Parte XX
Continuación de Inacabado Llegamos a otro hotel de carretera, no tan moderno como el de la noche anterior, pero ya me daba igual. Mis huesos se morían por una cama bien mullida, tantas horas de viaje empezaban a tener sus consecuencias en mi cuerpo, y me dolía todo. Me arrastré hasta la habitación y directamente me dejé caer sobre el colchón. Bree aparcó la maleta en el hueco entre la pared y el mueble bar, se sentó en un sillón, encendió el televisor y cambió los canales en busca de música. Una rítmica pero suave melodía totalmente desconocida envolvió la habitación dándole un sonido relajante, típico de un anuncio en una isla paradisíaca. “Es música estilo chill out”, me contestó Bree cuando le pregunté qué era eso. Justo lo que necesitaba para dormir. Pero no sentía sueño. Estaba despejada, cansada y dolorida. Me giré y permanecí mirando el blanquecino techo de la habitación. Bree bostezó. Miré la hora, era tarde, así que supuse que ella sí estaría somnolienta. Me levanté al m