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Mostrando entradas de 2014

Parte XX

Continuación de Inacabado Llegamos a otro hotel de carretera, no tan moderno como el de la noche anterior, pero ya me daba igual. Mis huesos se morían por una cama bien mullida, tantas horas de viaje empezaban a tener sus consecuencias en mi cuerpo, y me dolía todo. Me arrastré hasta la habitación y directamente me dejé caer sobre el colchón. Bree aparcó la maleta en el hueco entre la pared y el mueble bar, se sentó en un sillón, encendió el televisor y cambió los canales en busca de música. Una rítmica pero suave melodía totalmente desconocida envolvió la habitación dándole un sonido relajante, típico de un anuncio en una isla paradisíaca. “Es música estilo chill out”, me contestó Bree cuando le pregunté qué era eso. Justo lo que necesitaba para dormir. Pero no sentía sueño. Estaba despejada, cansada y dolorida. Me giré y permanecí mirando el blanquecino techo de la habitación. Bree bostezó. Miré la hora, era tarde, así que supuse que ella sí estaría somnolienta. Me levanté al m

Microrrelatos Instagram I

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Con esto de participar cada año en el concurso de relatos breves (brevísimos) de Renfe, empecé a practicar más asiduamente el intentar escribir en corto. Y tras mucha lectura, me puse a ello. Iba escribiendo en el móvil hasta que un día descubrí un blog con fotos de Madrid que ilustraban relatos. Me pareció una manera amena de hacerlos, y lo imité a través del Instagram (luego descubrí que más gente lo hacía). Pero como con esto de las nuevas tecnologías corres más peligro de perder el trabajo que si lo escribieras una libreta, pues lo he guardado ya en veinte mil sitios, y en este blog no podía faltar. Algunos son pura bazofia que yo quitaría, pero a lo mejor dentro de unos años los releo y les doy una vuelta de tuerca para mejorarlos, quién sabe. Otros tienen de breve nada, o casi nada, pero no quedaron tan mal. La mayoría de las fotos las hice en el momento de redactar el relato, porque fueron cosas que los inspiraron. Otras sin embargo, como la de salida de emergencia o

Huir

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intr. y prnl. Marcharse rápidamente de un lugar para evitar un daño o peligro. · intr. y tr. Apartarse de alguien o evitar algo molesto perjudicial. Desaparecer era su objetivo. Pero el tren no estaba por la labor. Acurrucada en una incómoda silla de la estación, se calaba la gorra al mismo tiempo que observaba a un lado y a otro desde detrás de aquellas gafas de sol. No llamaba la atención, hacía un sol nauseabundo. No era fugarse. Nadie sabía que se iba, nadie se daría cuenta hasta pasado un tiempo, pero tampoco iban a buscarle. Sólo quería no dar explicaciones si alguien la reconocía en aquella sala de espera. Era triste, no preguntarían por ella tras unos días. Y en todo caso, sería él. Lo que quería era escapar. ¿Pero de qué? De él. Del que le rompía el corazón una y otra vez. En el que confió ciegamente y por el que cayó. De boca, contra el suelo. Del cielo al infierno en cero coma. Y sin frenos. Ése es el poder que le dio, y que él supo utilizar. Esquivó una

Miércoles de Ceniza

Se conocieron cuando tenían 15, era un miércoles de ceniza y él se declaró con una rosa. Daniel era así de dulce y romántico. Elvira, infantil y fantasiosa, cayó en sus brazos sin dudarlo. Pensaron que los cuentos de hadas existían y los hicieron realidad. A los 20 decidieron vivir juntos, demasiado pronto decía la gente. Pero estaban enamorados, el resto ¿qué importaba? Primeros años, todo iba bien. Apenas se veían pero compartían breves momentos inolvidables, y cada miércoles Daniel le traía una rosa del jardín de la universidad. Los estudios acabaron, empezó la ardua tarea de encontrar trabajo. Recorrieron juntos la ciudad, probando suerte en todos lados hasta que al final, primero Elvira y y luego Daniel, les tocó. Cada mañana se levantaban juntos, y a la noche uno esperaba al otro para cenar, acompañados por una rosa nueva cada mitad de semana. Pero los años acarreaban arrugas, facturas, responsabilidades. Elvira no quería crecer y Daniel estaba demasiado ocupado cua

"Ya, pero ¿y si me sale bien?"

Hace un tiempo en el muro del Facebook de una amiga vi que había puesto el enlace a un vídeo con el título  "¿Te atreves a soñar?"  . Son de esas cosas que te pones a ver porque no tienes nada mejor que hacer, y al final acabas dándole vueltas al coco acerca de lo que acabas de descubrir. En este caso estuve totalmente de acuerdo con el vídeo, y sigo estándolo. Empezando por lo del cuento de la lechera, que siendo tan pequeña cuando lo leí por primera vez me deprimió, y mucho. ¿En eso consistían los sueños? ¿Eso mismo iba a pasarles a los míos, iban a terminar rompiéndose contra el suelo? Pero antes de que pudieran hacerlo, ya los estampé yo contra el suelo y los deseché. Años más tarde, en el instituto mi mentalidad cambió y decidí también cambiar mi modo de ver las cosas, a hacer las cosas que me gustaban en ese exacto momento, sin pensar en el futuro que tanto me asustaba. Así pues me apliqué bien en los estudios, descubriendo que algunas cosas, como la literatura, el

Sentidos - relato Renfe 2014

Hace algún tiempo ya dije que lo pondría, esperando el fallo del jurado pues no admiten microrrelatos publicados (o eso dicen). SENTIDOS Cada amanecer buscaba la cabellera pelirroja en la parada de Pozuelo. Su perfume de rosas le embriagaba nada más aproximarse. Durante el trayecto espiaba sus grandes ojos azules, sus suaves pómulos, el hoyuelo cuando sonreía… ¡Ay, su sonrisa! ¡Qué diera por oírla reír! Hasta que ella se giró, y le habló. Él movió los labios sin saber cómo explicarse. Ella sonrió de nuevo: - Me llamo Diana y soy profesora de educación especial. ¿Cómo te llamas? – le preguntó a través de las manos. ¿De dónde surgió la idea de hacer un relato así? Porque pensé que sería original tratar otro tipo de discapacidad que no fuera ir en sillas de ruedas o invidente, casos que suelen darse en este concurso. Y las historias románticas siempre me han gustado más que hacer una crítica social, la cual tampoco tiene mucha cabida en este certamen.

Un mal día

Hoy es de esos días en que todo lo que ves, todo lo que oyes, todo lo que lees, es la manera en la que el país se va al garete. Para empezar, a principios de mes, nos avisan de un despido colectivo. 800 personas se quedan en la calle, sin más, por carta fría alegando problemas económicos. No me jodas... A veces pienso que cuanto más mentiroso y egoísta eres, más alto llegas. Porque que me digan qué alto ejecutivo de esa empresa ha decidido rebajarse el sueldo, o prescindir de complementos salariales del puesto para que esas casi 350 familias no se queden sin trabajo. ¿Que con eso no llega para evitar los despidos? ¿Y por qué no despiden al niñato, sobrino del mandamás, que no pega palo al agua y por no hacer nada recibe un sueldo que dobla el de un machaca corriente? Grano a grano se forma la playa, y si recortan de donde deben recortar, la realidad sería muy distinta. Encerraría y mataría de hambre a todos esos cobardes egoístas que prefieren sacrificar la vida laboral de sus tra

Escribir, escribir y escribir

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Hoy he empezado un libro, "Rabia", del que sólo llevo 15 páginas y ya me ha capturado. Es un libro dirigido a adolescentes, pero como gran parte de los que tengo. ¿Y qué? Y no sólo combina la típica problemática de esa etapa, sino que también habla de música y de escribir relatos. De ahí lógicamente el por qué me ha enganchado tanto y tan rápido. Pero por la página donde me he quedado leyendo hoy, donde la protagonista conoce a un escritor de renombre, me ha hecho pensar en el tiempo que llevo escribiendo "cosas", pero más en por qué empecé a hacerlo. Y no he encontrado una señal ni nada que provocara que de un día para otro se me encendiera la bombilla y empezara a escribir lo que se me pasaba por la cabeza. Incluso puede ser que venga de antes, pues mi primer relato ha permanecido inerte en mi cabeza, pero lo recuerdo al completo sin variar una coma ni cambiar una frase. Nunca me ha dado por escribirlo, y no descarto hacerlo algún día. Es un relato tonto,

Rescatando relatos

Llevo participando en el concurso de Renfe... Ni recuerdo. Sin suerte alguna, pero yo sigo intentándolo año tras año. Este año he preparado uno distinto, que ya pondré aquí, pero buceando entre archivos olvidados de mi ordenador, di con los que presenté los años anteriores. "Apagón" siempre será de mis relatos favoritos, no tanto como "Mariposa" pero se acerca, y para que me guste alguno... Seguiré buscando a ver si encuentro los más antiguos. APAGÓN (2013) Cercanías dirección Chamartín. Me siento donde sea. Veo las mismas caras de siempre. Empiezo a leer un periódico gratuito que alguien abandonó. El tren se introduce en la negrura de los túneles. “Próxima parada: Recole…”. El tren pierde velocidad, las luces parpadean. El vagón queda a oscuras. Oigo murmullos, quejas, gente moviéndose. Unos zapatos ligeros andando. Unos labios húmedos uniéndose a los míos en un beso breve pero pasional. Los zapatos de tacón se alejan. La luz vuelve. Retomamos el

Atocha-Chamartín-Príncipe Pío

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Cincuenta y cuatro minutos era lo que duraba el trayecto a aquellas horas, un viernes a las 4 de la tarde en pleno verano. El sol caía a plomo, treinta y ocho grados a la sombra, pero dentro del vagón en la mayoría de los días se podía respirar gracias al aire acondicionado, e incluso era conveniente en ocasiones tener algo más de ropa. A causa de la hora y de las vacaciones de verano no había tantos viajeros, lo cual hacía el viaje más rápido. Poco le importaba, aquella casi hora que perdía le servía para desestresarse y desconectar de todo. Se sentaba junto a la ventana, le gustaba apoyarse en el cristal. Con el iPod siempre conectado a sus oídos, escuchando una macedonia de grupos de heavy metal, sacaba de su bandolera un lápiz y un amplio cuaderno de hojas gruesas y blancas, y tan pronto como el tren iniciaba la marcha, daba rienda suelta a su mano que empezaba a garabatear líneas sin mucho sentido a un primer vistazo. Las primeras estaciones estaban construidas bajo t

No más que títulos

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Porque para despedirse uno tiene que decir Hola primero. Cuántos adiós habrán sonado en estas calles Cuánto daño se habrá hecho en ellas y en todas partes. Para olvidar puedes caminar, incluso viajar por el mundo Pero siempre existirá ese recuerdo, y la duda, te rondará un "quizá si..." El miedo a caer a lo desconocido, a la oscuridad, al vacío Y sientes la presión como si tuvieras una pistola contra tu cabeza Y debes mantener el equilibrio esperando la calma tras el viento que posa las hojas marchitas en la hierba. Pero todo vuelve, incluso un segundo adiós, y te das cuenta de que es imposible olvidar

RRSS

Ojos verde aceituna fue lo le cautivó cuando el metro frenó inesperadamente y se chocaron. Un cruce de miradas y de disculpas, y no faltó más. Al día siguiente retrasó su salida del trabajo para volver a coincidir, y acertó aunque ya no hubo más frenazos. Leía algo en una tablet así que no se dio cuenta del lanzamiento de miradas e intentos mentales de captar su atención. Al tercer día se acercó un poco más aprovechando la sobrecarga de pasajeros, y observó que ahora se dedicaba a escribir en un móvil tan grande como la tablet. Descubrió que tenía cuenta en Twitter, y tan pronto llegó a casa, pulsó el botón de Follow. Pero no averiguó nada de su vida ni de cómo era, tan sólo sus opiniones y reflexiones acerca de los libros que estaba leyendo. Cada tarde seguían cruzándose en el metro, y cada vez le gustaba más su sonrisa provocada por algo que leía en el móvil. En ocasiones lograban sentarse juntos, pero nunca se atrevía a dirigirle la palabra. Comenzó a leer los libros que recome