Mientras, en un universo paralelo...

La lluvia caía sin cesar. Una semana sin parar de llover, con atardeceres grises, sin rastro del sol por ninguna parte. De la nieve más densa se había pasado a la lluvia más abundante. Y el hombre del tiempo, como la voz en off de alguna película antigua, anunciaba de nuevo nieve para la semana siguiente. "¿Es que nunca iba a llegar el buen tiempo de la primavera?", se preguntaba Anne mirando las gotas que empapaban el ventanal de su piso. Pensó en el verano que ya quedaba tan lejano, un sol brillante, calor que le calentaba la piel y hacía salir sus graciosas pecas que tanta gracia le hacían a Henry, y a ella no. "Te dan un toque muy infantil", se burlaba él.

Había conocido a Henry en una fiesta benéfica organizada por una ONG donde tanto su bufete como la Casa Blanca participaban. Ya habían coincidido antes en los tribunales, donde todos los abogados se conocen entre sí. Era una ciudad pequeña para tanto abogado. Henry Gyrich a primera vista era un hombre serio, de facciones severas y marcadas, y muy buen profesional. A Anne le habían hablado de él como uno de los mejores abogados de Nueva York, y ella, dispuesta a ser la mejor, quería aprender y llegar a parecerse a él en un futuro. Congeniaron enseguida, y Anne pronto pasó a ser su protegida. Ella aprendía y mejoraba en su carrera, alzando la popularidad del bufete que regentaba. Y Henry se mostraba más relajado y humano cuando estaba con ella. Los rumores no tardaron en surgir, hasta que al final se hicieron verdad, por su culpa y la de su nuevo poder que no conseguía controlar. Se enfadaba consigo misma nada más recordarlo.

Unos meses posteriores a la fiesta, algo había empezado a cambiar en Anne. Notaba algo extraño, todo el mundo que hacía unos días se enfrentaba a ella, ya fuera en el despacho o en los tribunales, acaba besándole los pies. Nunca le había pasado algo parecido. Y no sólo le pasaba en el trabajo, sino también en su vida privada. Salía con sus amigas, y no importaba lo que ellas querían en un principio, siempre cedían a lo que Anne proponía. Llegó a tal extremo que cogió una semana para investigar qué sucedía. Conocía sus "rarezas" pero aquello era algo nuevo. ¿Y a quién podía acudir? Acudir a Henry era impensable. Pensó en Sharon, su mejor amiga de la universidad y la que le había entrenado y ayudado a controlar su poder de hipervelocidad al correr, pero hacía mucho que habían roto sus lazos. Estaba sola, como siempre.

Un contacto le habló de una especie de doctor que trataba a gente como ella, gente que habían nacido con algo diferente, o bien, como le sucedió a ella, que ese algo diferente había surgido en un momento determinado de sus vidas sin razón aparente. Acudió al médico algo desconfiada pero apenas con unas horas de observación, aquel hombre encorvado y barbudo supo el nuevo poder que había desarrollado: feromonas. "Como si no tuviera suficiente con lo otro...", fue lo primero que se le vino a la cabeza cuando se lo dijeron.

Pero Henry, preocupado como siempre por su amiga, había estado llamándola a la oficina, y tan pronto le dijeron que se había cogido unas repentinas vacaciones, se plantó en el piso de ella. Anne tuvo que abrir antes de que él derribara la puerta de tanto aporrearla. No podía decirle lo que ella era. Eso significaría que él la repugnaría, la odiaría, la echaría de su vida. Pero quizás era lo mejor, estar enamorada de un hombre casado nunca acaba bien. Pero cuando abrió la puerta no tuvo el valor de decirle que se marchara. Tan sólo abrió la puerta, le vio y las feromonas hicieron el resto.

Ignoraba que unos ojos curiosos observaban desde el otro lado del pasillo. Y es que una persona como Anne no podía bajar la guardia, siempre perseguida y perseguidora, fuera y dentro de su trabajo. Se había ganado muchos enemigos, y levantaba envidias de la vida que llevaba. Sus enemigos tan sólo estaban esperando algo como lo de aquella noche para empezar a desmoronar su reputación y todo lo que ello conllevaba.

Comentarios

Erynus D'Alecto Graeme ha dicho que…
No jorobes!!
Eso no me lo habias contado, pero si es canon, es canon...

Como siempre, el toque quisquilloso: "significaría que él la repugnaría, la odiaría". lo que creo que quieres decir es que ella le repugnaría a él, que el la repudiaría. Si ella le repugna es Henry quien da quisicosa a Anne.

Esto promete ;)
Logabe ha dicho que…
Me pierdo con lo de canon, pero aparte de eso, sí, toda la razón en lo de la frase, mal expresada ;)
Erynus D'Alecto Graeme ha dicho que…
Canon es la "version oficial" , ni fanfics, ni what ifs.Y el canon de los pjs es su trasfondo, lo que quiero decir es que si tu dices que ha pasado, ha pasado. Jotia, jotia, quefuerrte, quefuerrte, quefuerrte!'!
aqui hay filonXD
Amatista ha dicho que…
Que chulos!!! Yo también había pensado en escribir fragmentos del pasado de Amatista y ahora me ha picado el gusanillo... Jejeje.

Como nota, queremos más!!! Queremos cotillear!!!

Me ha gustado mucho!
Logabe ha dicho que…
Cotillear, eh? Jajaja!!!
Me alegro que os haya gustado. A mí no tanto, sin embargo el siguiente creo que me ha salido mejor, no sé, ya me diréis ;)
Todo surgió porque no tenía pensado de dónde leches Alynusha había sacado sus poderes, y como eran huecos blancos en su transfondo, pues me puse a rellenarlo antes de que lo hiciera otro... *cof, cof*

Además, quería explicar más sobre cómo conoció a Gyrich, por qué, etc. :)

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